Tras el devastador paso del huracán Iota por la isla de Providencia, una de las mayores preocupaciones fue el acceso al agua potable. La destrucción dejó a miles de habitantes sin recursos básicos, y la recuperación del suministro de agua se volvió una prioridad. En este contexto, Tecnoaguas desempeñó un papel fundamental, enfrentando retos logísticos y técnicos para llevar agua potable a la comunidad a través de dos innovadoras plantas desalinizadoras. Estos proyectos no solo han abordado la necesidad inmediata de agua, sino que también han contribuido significativamente a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la isla.
Planta de Agua Dulce, Una Respuesta Inmediata al Desastre
Una de las primeras soluciones implementadas fue la planta desalinizadora con ósmosis inversa de Agua Dulce, una instalación con capacidad para producir 450 m³ de agua potable al día. Diseñada para reducir la conductividad del agua de mar de 54.000 µS/cm a un nivel seguro de 300 µS/cm, la planta garantiza agua de alta calidad para el consumo humano. Esto permitió que aproximadamente 2.000 habitantes de Providencia, quienes habían quedado aislados del suministro tras el huracán, volvieran a tener acceso a agua limpia y segura.
La instalación de esta planta no estuvo exenta de desafíos. Tecnoaguas enfrentó obstáculos logísticos significativos para transportar los equipos a una isla devastada, lo que incluyó coordinar recursos en condiciones complejas. Sin embargo, con un fuerte compromiso hacia la comunidad, la empresa logró poner en marcha la planta y garantizar su operación continua, manteniéndola en funcionamiento las 24 horas del día con personal técnico especializado.
Planta de Agua Mansa, Un Segundo Paso hacia la Recuperación
En la zona cercana a Rocky Point, Tecnoaguas instaló una segunda planta desalinizadora, con capacidad de producir 600 m³ de agua potable al día. Mediante un pozo playero prefabricado, el agua de mar es extraída y tratada con un sistema avanzado de ósmosis inversa, que incluye 47 membranas diseñadas para eliminar sales e impurezas. El agua resultante cumple con las normativas vigentes, siendo apta para el consumo humano.
Esta planta fue esencial para abastecer a aproximadamente 3.000 habitantes, quienes dependían del agua transportada en carrotanques debido a los daños en la red de acueducto provocados por el huracán. Tecnoaguas no solo logró operar en un entorno complicado, sino que también aseguró un suministro continuo de agua potable, contribuyendo así a la estabilización de la vida diaria de los habitantes.
El Agua como Recurso para la Reconstrucción
El impacto de estos proyectos ha sido un pilar clave en la recuperación de Providencia. Para una comunidad devastada, el acceso a agua potable se convirtió en un símbolo de esperanza. Tecnoaguas, mediante la implementación eficiente de estas plantas, facilitó que las comunidades pudieran comenzar su proceso de reconstrucción, proporcionando agua limpia y segura, esencial para la reactivación de actividades familiares, educativas y económicas.
Innovación y Compromiso Social
Tecnoaguas ha demostrado que, incluso en las situaciones más difíciles, la innovación y la responsabilidad social pueden ser factores clave para superar las adversidades. Hoy, más de 5.000 personas en Providencia cuentan con acceso a agua potable, un recurso fundamental para la salud, el bienestar y la recuperación de la comunidad.