En un contexto desafiante, donde gran parte de la península de La Guajira se vio afectada por inundaciones de agua de mar, la situación se complica por la presencia de agua salobre en el subsuelo y la ausencia de corrientes superficiales (ríos) en esta región desértica, donde las lluvias son escasas.

Para abordar esta crisis hídrica y mejorar las condiciones de vida en La Guajira, se ha llevado a cabo un proyecto transformador. Consiste en el diseño, instalación y puesta en marcha de 20 plantas desalinizadoras con tecnología de Ósmosis Inversa. Este enfoque no solo representa una solución tecnológica avanzada, sino también una respuesta crucial a nivel social.